29 ideas para hacer de tu cocina un templo de salud digno de una diosa como tú.

¿Dónde vas si quieres, necesitas o te apetece comer algo? A la cocina. ¿Por dónde pasa todo lo que después pasa por tu cuerpo? Por la cocina. Para cuidarte es de vital importancia cuidar ese espacio de tu hogar y dar espacio en él a los alimentos saludables. Muchas veces decimos lo de que tu cuerpo es tu tempo y que lo cuides porque a través de él piensas y sientes este mundo. A través de él vives. Pero tras ese sistema hay otro sistema en el que dejas de ser templo y pasas a ser diosa. Tu cocina también es tu templo, y si lo cuidas, cuidarás a su diosa. Te cuidarás.
No puedo seguir escribiendo sin destacar la palabra del título que he elegido conscientemente. Digno, digna, dignidad. Mereces un templo. Tu templo. Te mereces cuidados solo por ser, seas como seas. Mereces respeto, y sobre todo tu respeto. Mereces una cocina que derroche salud.
Sin más, las 29 ideas:
1. VACIAR SIN PIEDAD. Saca todo. Pero todo. Resérvate un día. Vacía la cocina. Bueno, al menos todo lo que no esté pegado, al suelo, a la pared o la encimera.
2. HAZ ALGUNOS CAMBIOS. Si quieres paz y espacio, que el color blanco sea tu medicina. Da un toque diferente sin gastar dinero. Reinventa tu cocina. Pinta los muebles y cambia la lámpara. Fuera cortinas, que entre la luz.
3. REPLANTEA LA UTILIDAD DE CADA CAJÓN. Por cambiar el patrón. Por sentirte diferente dentro de la cocina y moviéndote en ella. Quizás, dónde estaban las galletas y los cereales de desayuno pondrás ahora los vasos y dónde ponías los vasos pongas ahora tus botecitos de frutos secos.
4. FUERA CAJÓN DE LAS GALLETAS. ¿Cajón de las galletas digestive? ¿Cajón de cosas digeribles ricas en fibra para el desayuno? ¿Cajón de dulces para niños o visitas? ¿Cajón del por si acaso un antojo? En mi cocina no. No quiero aguafiestas ni engaños en mi vida. Y menos, autoengaños y aguar mi propia fiesta. Si en alguna ocasión me apetece el pastel san marcos o san mateo, voy a la pastelería y lo disfruto. Porque sí. Porque los humanos adoramos los pasteles. Esto es así. O compras uno para cada uno de las personas con las que lo vas a compartir, y lo disfrutáis en casa. Pero que no sea un básico en tu cocina.
5. MIL DE TODO, ELIGE. Mil platos, mil vasos, mil ensaladeras… Seguro que te suena que los cajones casi ni cierran o que hay que hacer un puzle para meter o sacar. Quédate con los que más te gusten. A los demás, despídelos. Ocupan tu cocina y tu vida. Deja hueco. Que tenga espacio, que corra el aire. Mejor no tener que tener demasiado. Ten un cajón vacio. No pasa nada. Da espacio a la nada. Da espacio a la posibilidad de cualquier cosa.
6. FUERA LO INÚTIL. Procura que no haya ni un solo elemento que no sea útil. Que no vuelva a entrar lo que es inútil. Si solo usas la mesa de cocina para amontonar cacharros porque comes en otro lugar: véndela o regálala; si no usas la sandwichera que te regalaron: véndela o regálala; si no usas esto o si no usas lo otro: véndelo o regálalo. Incluso, rompe esos platos que no te gustan, sin remordimientos. Es toda una experiencia liberadora de ira, tanto como unos puños en el saco. Piensa bien si algo merece ocupar un espacio. Tu espacio. Yo no quiero adornos en mi vida. ¿Y tú?
7. LA TELE TE CONTAMINA. En general, la tele no te aporta. Y no hablemos, concretamente, de los miles de anuncios alimentarios. Solo analizando un puñado de ellos con plena consciencia te darías cuenta del daño que te hacen. Elige bien el contenido informativo que consumes. Cambia la tele inamovible por el libro electrónico en algún desayuno o el Smartphone para ivoox y spotify en alguna cena. Pero solo a veces. La mayoría del tiempo come con los cinco sentidos. A través de los que vives todo, y también la comida. Y si no, fuera quejas de sigo teniendo hambre como lo que coma, eso es completamente normal si no atiendes a tu comida. Si no te atiendes.
8. COMPARTIMENTA. Cajas de cartón o botes de cristal son mis preferidos para esta función. Para tener todo a mano y en orden. Para no amontonar. Que puedas acceder a todo directamente. No más de una acción o dos con tus manos.
9. RECICLAJE. Como mínimo deja un lugar para plástico y otro para papel y cartón. Deja un cajón de los que llenabas con cosas inútiles para ello. Con el cristal y lo orgánico iría al día.
10. AGUA. Que no falte el agua como bebida principal. Vale, vale. Ni el aire puro que entra por esa ventana, ni el fuego para cocinar (si es que todavía lo haces con fuego), ni la tierra del cactus que da el toque desértico a tu cocina.
10. CAOS A RAYA. Todo tiende al caos. Que el reordenar se vuelva un hábito inmediato, inconsciente y casi sin requerir esfuerzo. Mantener todo los espacios visibles vacíos. Nada en la encimera ni en la mesa. Y el frutero no cuenta.
11. DETALLE PERSONAL. Una vela. Una flor.
12. COMPRA INTELIGENTE. Compra alimentos vegetales en un 80%. Siempre. Frutas, verduras, frutos secos, tubérculos y legumbres. No leas etiquetas. Si algo tiene etiqueta ve a los ingredientes, y si tienes más de cinco descártalo. Los ultraprocesados se digieren pero no son alimentos. También son alimentos, la carne el pescado y el huevo. De estos un 19,9 % en tu cesta semanal de la compra. Mejor carne no procesada. Mejor congelar el pescado. Algunos alimentos procesados de esos de menos de cinco ingredientes son: queso, yogurt y conservas de pescado o verduras. Estos sí son interesantes. El otro 0,1 % compra lo que te dé la gana. Aunque tenga etiqueta y ponga lo que ponga en ella. Ya que lo haces, disfrútalo. Será insano para tu cuerpo, quizás no para tu mente. Si compras en mercado lo tendrás más fácil. Si compras por internet seguro haces lo planificado. Si vas al supermercado, visión túnel hasta el final (allí encontrarás los alimentos). Esta infografía de Griselda Herrero Martín te ayudará a interiorizar la correcta lectura de etiquetas para saber si es interesante o no meter el elemento en cuestión en tu carrito de la compra o no. Y en este artículo del blog nortesalud.com (del que también Griselda es la responsable) podrás encontrar una detallada descripción de cómo moverte por las calles y callejones del supermercado jugando con las señales de tráfico pero en este contexto.
13. OLVIDA LA NEVERA A REBOSAR. Tener la nevera vacía pudiendo tenerla llena no es un pecado. Es libertad. La nevera, con espacios, mucho mejor. Compra semana a semana. Vacíala semana a semana. Llénala semana a semana. No pasa nada por tener la nevera casi vacía. Eso debería ser normal, no un escándalo. Algunos yogures, algunos quesos, alguna verdura y algunos recipientes de cristal para tu batch cooking o comida semipreparada para la semana. Poco más.
14. CONGELADOR. Elige cuatro o cinco elementos que llenen algo tu congelador: Mis básicos son frutos rojos (moras y arándanos), guisantes, cebolla troceada, calabaza y base de pizza saludable. No quiero malos olores, no quiero olvidar lo que tengo, no quiero aglomeración.
15. HUEVOS. Que no te falten. Pueden estar también en la nevera.
16. DERIVADOS LÁCTEOS. Que no postres lácteos. Queso y yogurt. Lee los ingredientes. Leche y fermentos en el yogurt. Leche, cuajo y sal en el queso. Lo demás no es yogurt, no es queso. Ni azucarado, ni edulcorado, ni saborizado. Ni de fundir, ni de queseyoqué. Eso será lo que sea, llámalo como quieras, pero no queso ni yogurt. Se me ha olvidado hablar de la leche, es una opción para la nevera. No lo hagas por el calcio, las almendras y el brócoli también lo llevan y no son leche. No lo hagas por los huesos, estos también necesitan sol y mover el esqueleto, nunca mejor dicho. Es decir la leche una opción, no una necesidad. Leche, yogures y quesos de origen vegetal son otra opción.
17. CONSERVAS. Siempre tengo judías blancas cocidas, y judías verdes cocidas. El pescado en conserva es una buena opción, procurando que el aceite sea de calidad.
18. FRUTA. Mejor de temporada. Que lo que adorne tu cocina sea un frutero con fruta. Ahora en la mía hay naranjas, naranjas y naranjas. Del naranjo de mi abuela. Algún plátano y manzanas. Esta semana también compré fresas pero las terminé ese mismo día, me gustan relucientes y a temperatura ambiente. Compro unas cuatro variedades de fruta cada semana, tres de temporada y una que me apetezca. Me gusta así, sin más.
19. VERDURA FRESCA. Justo esta semana espinacas, puerro, zanahorias y berenjena. Compro unas cuatro variedades cada semana, tres de temporada y una que me apetezca. Me gusta así, sin más. Pero te daré un argumento: Así disfruto de las que tengo, la semana no da para más. Así no me agobio con tengo que gastar esto o lo otro. Así siempre voy con ganas de otras verduras y no con desgana por haber tenido que gastar obligada. La siguiente semana compraré y disfrutaré otras. Esta pequeña explicación también vale para la fruta.
20. INFUSIONES. Para el cajón de infusiones elige tus cuatro preferidas así evitarás saturar tu mente de posibilidades y rechazarlas todas. Evitarás que se desesperen esperando su consumo que nunca será consumado. En mi cajón no falta un bote de cristal con manzanilla, otro con bolitas de anís, otro con té verde y otro con flor de naranjo o azahar.
21. TEÍNA, CAFEÍNA Y TEOBROMINA. En ese mismo cajón, en el del té, guardo el café y el cacao. Por eso de no separar sus respectivas sustancias estimulantes (de mantener unida la familia de la teína, la cafeína y la teobromina). Que no, que simplemente es porque me apetece y porque no tengo tantos cajones jajaja. Por un lado el café portugués en grano y por otro el café portugués de ese grano molido listo para meter en la típica cafetera de metal. Tengo esa cafetera miniatura de un par de dosis y que aún así impregnan la casa de aroma matutino que te invita a saltar de la cama. El cacao es en puro y en polvo, para hacer chocolate líquido en agua caliente o añadir a tortitas de plátano postentreno.
22. UN TOQUE DULCE. Que no falten las pinceladas dulces. Elijo dátiles, uvas pasas, miel, canela en rama y canela molida.
23. FRUTOS SECOS. El cajón de frutos secos es de mis preferidos y por eso decido tener cinco elementos. Nueces con cáscara. Almendras con su capa de fibra intacta. Pistachos, piñones y anacardos.
24. LEGUMBRES. Deja un cajón para las legumbres. Judías blancas, blancas gigantes, pintas y carillas. Lentejas. Garbanzos. Soja. ¡Los guisantes los tengo congelados, pero son legumbres!
25. ESPECIAS. Que no te falten las especias. ¿Usas todas las especias que tienes en su cocina? Abstente de comprarlas todas y ten solo las que te gustan y usas. Mis indispensables son la nuez moscada, el orégano, el cardamomo y el curry. Te dejo algunas ideas: garbanzos rehogados con ajos y nuez moscada; tomate a la plancha con orégano; guiso de patatas con cardamomo; y arroz rehogado con cebolla, piñones, pasas curry y canela (brutal).
26. CEREALES. En otro cajón pon el bote del arroz integral, el de la pasta integral, el trigo sarraceno, el cucús, la quinoa, la avena, los cereales de maíz, y la maicena.
27. TUBÉRCULOS. Patatas. Siempre patata. El boniato solo lo tengo a veces.
28. SEMILLAS. Las tres que suelo tener y usar: pipas de calabaza, pipas de girasol y sésamo.
29. PAPEL Y LÁPIZ. Recuerda tener una libretita para apuntar ideas de recetas, menús semanales u objetivos. La tecnología también está aquí y desplazará a veces esa libreta. Nooddle es una aplicación en la que tecleas los ingredientes algunos de los ingredientes que quieres consumir y te da alternativas saludables para cocinarlos. María Neira es una de las componentes del equipo que hacen eso posible. En este artículo de su blog nutriendomicambio.com te explica un poco más sobre esta aplicación. Te invito a descargarla y probar. Es gratuita y muy práctica.
RESPIRA tu cocina. CREA en tu cocina. DISFRUTA en tu cocina.
Sin más,
Quédate con algo, con nada o con todo. Sé ingeniera de tu vida.
Atentamente,
Eva.
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