4 tips para comer en esa boda, en esas vacaciones y esa cena.

Si, cuidarse es comer sano por elección el 92,2 % de los días del año. Pero cuidarse también es ir a esa boda de aquella mejor amiga y disfrutarla disfrutando también la comida. También es salir a cenar ese jueves por la noche con esa persona tan especial o desestructurar tu alimentación esa semana de noviembre que viajaste a Groenlandia. Esto que te voy a decir, no es lo común. No es lo que siempre se dice. Pero me gusta romper esquemas con argumentos y quiero que también tú le cojas el gusto. Sin más dilación, comienzo con esos 4 tips para comer en estas ocasiones.
1: ELIGE LO QUE MÁS TE APETEZCA Y NO LO QUE CREAS MÁS LIGERITO.
No tienes nada prohibido. Olvídate de sano o no sano, engorda o no engorda. Elige lo que te apetezca. Y no lo creas más ligero. No tienes nada prohibido. Elige, no comas indiscriminadamente. No te quedes con las ganas de algo que quieres. No vuelvas a casa con ganas de algo que no te permitiste comer fuera, porque esas ganas saldrán por algún sitio y de alguna manera. Quizás sea el desencadenante de un episodio de comer descontrolado o por ansiedad. Pregúntate que quieres. Decide. Elige. Come lo que realmente merezca la pena para ti en ese momento. Hay gente que es más de dulce, pues espera al dulce sin comer demasiado y comételo tranquilamente, no será la última vez. Matizo no será la última vez porque el pensamiento extremo «hoy todo lo que pueda porque cuándo volveré» hace que comas el doble. Como si quieres mañana mismo. No comas como si no hubiese un mañana porque siempre hay un mañana. Y nunca quedes tan llena físicamente como para no estar cómoda bailando. Nutre tus sentidos. Nutre tus relaciones sociales. Hay gente que es más de salado, pues aprovecha en los entrantes y toma un bocado del postre o elige una infusión. Haz lo que quieras. Pero pregúntate qué es eso que quieres. Toma decisiones.
2: PRESTA ATENCIÓN A LOS ALIMENTOS DE VEZ EN CUANDO.
Por momentos, elige la opción manual. Por momentos elige la opción de piloto automático. Sería surrealista que te dijera que estés en todo momento comiendo con los cinco sentidos. En un evento hay millones de estímulos que estarán continuamente llevando tu atención de un lugar a otro. Que si hablar con Pepito y luego con Juanito, que si foto por aquí y luego por allí, que si ahora tocan esa canción que tanto me gusta, que si tal o cuál. Pero entre mar y mar de estímulos, coge el mando a ratos. Lleva tu atención a los alimentos. Saborea ese trozo de queso, huele ese risotto especiado y nota como cruje y se deshace esa teja de chocolate blanco en tu boca. Quedarás muy satisfecha. Y despacio. No hay prisa. Que mañana cuando intentes recordar sepas cada cosa que comiste porque eso significa que lo viviste.
3: DOSIFICA EL RESTO DEL DÍA Y NO TE SATURES.
No estoy de acuerdo con eso que se dice de llegar saciada físicamente a los eventos para después en éstos no comer demasiado. Ni con eso de cómete un par de frutas antes de salir a cenar. Al final acabarás comiendo lo mismo y unido a lo que ya has comido te sentirás mal mentalmente porque no se cumplieron las expectativas de comer muy poco o lo menos graso y azucarado; y también te sentirás mal físicamente porque habrás saturado a tu estómago y a tus células. Puede que comer bastantes alimentos con volumen y con fibra te hagan ir saciada y llena pero queda el comer social y el comer de los sentidos que querrán satisfacerse y si vas vacía disfrutarás más. Llegar vacía. Comer sin ansia. El tema de comer o no con ansiedad en los eventos se trabaja a mi parecer de otras maneras. Y el tema del miedo a pasar hambre se supera pasando hambre, enfrentándose al vacío. En resumen lo que quiero decir es que si un día que vayas a tener una cena por la noche, durante el día tomas un té con almendras en el desayuno y una ensalada de espinacas con piñones aliñada en la comida, no pasa absolutamente nada. Es más creo que es beneficioso en todos los sentidos.
Dosifica el día. Si es una comida será en la cena cuando tomes simplemente un tentempié si lo necesitas. El objetivo de ese día concreto es no saturar tu cuerpo y disfrutar al cien por cien del evento. Los buenos hábitos se trabajan el resto del tiempo, la mayor parte del tiempo, los demás días.
Si son varios días de vacaciones, sería buena idea hacer sólo una ingesta fuerte y 2 tentempiés. Imagina un buen desayuno en el hotel y luego directamente hasta la hora del café y un poco de queso y nueces a la hora de la cena frente al mar. O imagina disfrutar de una cena más completa y descartar la opción de desayuno incluido para sentirte libre y tomar al día siguiente una simple infusión. O disfrutar de una deliciosa merienda en esa pastelería vintage con la tarta 6 chocolates y también con la red velvet y ser suficiente con una ensalada en la comida y otra en la cena. No hay normas de horas. No hay normas de si o si desayuno. No hay normas de primero segundo y tercero. Descodifica tu mente. Solo es dosificar la comida dentro del día y dedicarte a descubrir y apreciar otros placeres del lugar.
4: AL DÍA SIGUIENTE, ESCUCHA LAS SEÑALES DE TU CUERPO. Y HAZLES CASO.
Al día siguiente escucha a tu cuerpo. Sin ser una pitonisa te digo que seguramente tengas sed. La sed se quita con agua. Haber bebido ese vino y haber comido con más cantidad de sal, azúcar y grasa hará que tu cuerpo necesite más agua para su metabolización. Dásela. Observa tu sed.
Seguramente a tu cuerpo le apetezcan comidas frugales, con alimentos que contengan gran cantidad de agua, ciertas vitaminas y minerales. Verduras, que nada o todo tienen que ver con el color verde. O seguramente no le apetezca nada. Pues nada. Déjalo descansar. Date, un descanso.
Seguramente a tu mente le apetezcan cosas muy sabrosas, mantecosas y dulces. ¿Por qué? Tu cerebro siempre busca el umbral máximo de estas sustancias al que ha sido expuesto. Tu cerebro recompensa ese máximo en forma de placer. Y justo reactivaste y reforzaste esas vías neuronales. Tardarán un tiempo en olvidar. Olvidar solo un poco, pero olvidar. Durante unos días estará por ahí el mono mental. Además, piensa en todas las emociones positivas que se sienten en una boda y como sin darnos cuenta asociamos esas emociones a la abundancia de comida y a ciertos alimentos; es normal que si no ponemos consciencia queramos volver a ellos. Por eso es tan importante tener grabada en el cerebro otra vía alternativa, la de hábitos automáticos saludables, a la que agarrarnos en estos momentos. Es importante saber disfrutar de la comida sana.
Escucha a tu cuerpo. La mente está contaminada, no sabe lo que dice; además no puede escucharte en este momento. Haz caso a tu cuerpo. Y entonces, quizás, mañana también puedas tener una conversación con tu mente. Hoy no escucha, no dialoga; sólo exige. Y al menos, yo, no dejo que nada ni nadie me exija.
Por cierto, tu mente no solo puede exigirte comer, según tu personalidad o según ciertos condicionamientos, también puede exigirte no comer. Por eso de compensar. Pero no es lo mismo no comer nada escuchando a tu cuerpo, que eso te trae paz; a no comer nada por exigencias de la mente, que eso te trae sufrimiento. Sutil e importante diferencia. Incluso tu mente también puede exigirte hacer deporte, por esto de compensar y quemar. Yo no haría caso a esa sugerencia ni consentiría esa asociación. Y entiendo que es difícil desasociar algo que hemos escuchado hasta la saciedad y confieso que también lo he hecho; pero ya, no lo hago. Al menos cuando detecto ese pensamiento, intento no hacerlo. Si haces deporte que sea porque te da la gana, si te sientes obligada te dejará de gustar y empezarás a relacionar deporte con sufrimiento.
PARA FINALIZAR:
En una boda no puedes preocuparte de comer grasa de palma o azúcares porque los comerás. En unas vacaciones no puedes preocuparte de comer bien, llegar a los nutrientes que tu cuerpo necesita y no llegar a los que no necesita. Porque probablemente no lo hagas. O quizás sí. Pero tranquila, son situaciones puntuales, no es momento de preocuparse por eso. Diferente sería que esto fuese tu pan de cada día, entonces habría que ver cómo adaptarse a esa situación teniendo como objetivo que salgas beneficiada en todos los aspectos.
Espero haber ensanchado tu perspectiva. Recuerda que yo no tengo la verdad. Solo una perspectiva.
Leeré atenta cualquier comentario al respecto.
Eva.
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