Platos que te reconfortan en días nublados de otoño. Y que te nutren.

Brindo por las frutas, las verduras y los frutos secos. Por los tubérculos. Por los frutos, las bayas rojas y las frutas secas. Por las semillas. Por las legumbres. Brindo por los alimentos vegetales. Brindo porque formen parte de tu día a día.
Todos los vegetales que pertenecen a cada una de estas categorías, absolutamente todos, son superalimentos. Cada uno con sus peculiaridades y todos con sus similitudes.
Aunque no me gusta hablar de la cantidad de vitamina a b o c de un alimento concreto porque por muchos beneficios que tenga necesita la compañía de otros para surtirnos de todos los nutrientes necesarios. Podríamos decir que ninguno es superalimento por sí solo. Ningún alimento por sí solo es la panacea. Comerlos a todos. Variar.
Te pondré un ejemplo con un alimento de moda. Si solo como bayas de goji por muchos antioxidantes que tenga no estaré bien nutrido. Pero son brutales dentro de una alimentación inteligente, es decir bien acompañadas. Aunque no evitaran tus arrugas de expresión si te comes un puñado en el desayuno después de un café cargado de un par de sobres de azúcar y un cigarro mañanero, es decir son un cero a la izquierda mal acompañadas. Y una puntilla más. Las uvas pasas de kilómetro 0 también son un superalimento al mismo nivel. Y no las valoramos. Las moras silvestres que veo secas y muertas de risa en los zarzales también son un superalimento al superprecio de 0 euros.
Por otro lado, me gustaría comentarte que cuando los consumimos crudos nos beneficiamos de algunos de sus nutrientes y que cuando los consumimos cocinados de otros. Con el calor, parte de los nutrientes termosensibles desaparecen pero así mismo también desaparecen los llamados antinutrientes (que son sustancias que nos impiden la absorción de otros nutrientes). Hacer las dos cosas. Frío frío y caliente caliente. Variar.
Te pondré un ejemplo para que lo veas más claro. Las espinacas son una verdura de hoja verde que cruda nos aporta gran cantidad de ácido fólico pero cuando las cocinamos nos cargamos ese ácido fólico porque es termosensible. Las espinacas también son ricas en calcio. Y por otro lado, contienen ácido oxálico y fítico. Ambos son antinutrientes que se unen al calcio para impedir su absorción. Si las rehogamos con ajitos o las incorporamos en una crema calentita, esos antinutrientes se esfuman y absorbemos el calcio; pero tampoco tendremos presente el ácido fólico. Si las consumimos aliñadas y crudas en ensalada, tendremos nuestro querido ácido fólico pero no nuestro querido calcio por el efecto del ácido oxálico y fítico. La solución es clara: no ser monótonos a la hora de preparar un alimento o los alimentos.
Te dejo por aquí ocho recetas para este otoño, con diferentes alimentos y con diferentes grados de cocción de los alimentos.
Por cierto, todas las ensaladas contienen queso. Porque me encanta. El queso suele gustar o no gustar. Y cuando gusta, puede llegar a ser adictivo porque contiene triptófano que es una sustancia precursora de la serotonina (hormona de la felicidad). Y cuándo no gusta es por qué la emoción del asco se anticipa y no nos deja disfrutar de él. Posiblemente por la asociación con el mal olor. Es un alimento prescindible. Pero yo no prescindo de él.
- Espinacas con queso mozzarela piñones y pasas. Aliño con aceite de oliva virgen extra y vinagre de módena.
- Puré caliente de patata y cebolla con nuez moscada.
- Rúcula con queso burgos, tomatitos rojos crudos, tomatitos negros a la plancha y pipas de girasol. Aliño con aceite de oliva virgen extra y orégano.
- Puré caliente de puerro y boniato acompañado de nueces.
- Escarola con queso mascarpone, almendras laminadas tostadas y uvas moradas rehogadas. Aliño con aceite de oliva virgen extra.
- Puré frío de patata cocida y pimientos del piquillo asados.
- Kale con dados de queso rulo de cabra, berenjena a la plancha. Aliño con miel.
- Puré caliente de puerro y calabacín. Con guarnición de pipas de calabaza.
A propósito, la foto del artículo no tiene nada que ver con estos platos. Pero la hice el año pasado en otoño. Y estamos en otoño.
Que los disfrutes. Los platos.
Que lo disfrutes. Lo que queda de otoño.
Eva.
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Me encanta ingeniera de mi vida