Todo lo rico engorda. Y pícnic de moras con quesos mini babybel en la playa.

Hoy quiero reflexionar contigo sobre esta famosa frase: Todo lo rico engorda. Y relacionarla con esta otra: Está de muerte, delicioso, no tiene que ser nada bueno.
En cuanto a lo rico:
He preguntado qué es lo rico. El 95% de las respuestas incluye una o varias de esta lista: Galletas de todo tipo, donuts glaseados, chocolate con leche, pizza barbacoa, pasta carbonara, hamburguesa con todas sus salsas, croquetas de jamón serrano y salchichón espetec. Esto indica que hay una visión compartida y reducida de lo rico. Y no es de extrañar que todos sean alimentos típicamente prohibidos. Lo prohibido atrae de manera potente. Y no es de extrañar que todos sean alta y artificialmente dulces y salados. Umbrales difícilmente olvidables por tu cerebro desde la primera toma e incomparables cuantitativamente con los alimentos naturales. Pero no cualitativamente. Además, el paladar se educa.
Que estos alimentos nos atraigan tanto psicológica como físicamente no implica que no haya otras cosas que estén ricas. Ricas naturalmente. Ricas holísticamente.
Es un placer artificial. Y no tengo nada en contra de lo artificial. Estoy a favor del satisfyer. Pero sería una pena que solo pudieras llegar al orgasmo con él y que tu sexualidad se redujera a eso. Estoy a favor de la pizza barbacoa. Pero sería una pena que solo pudieras llegar al orgasmo culinario con ella y que tu alimentación se redujera a eso.
Con cuanta ansiedad vivimos no comer eso. Y es normal si pensamos que solo eso es lo rico y que tendremos que prescindir de vivir el placer a través de la comida. Privarse de un placer duele. Ese es el error. No tienes que privarte de esos placeres. Pero tampoco de otros que ni si quiera conoces. O que ni si quiera valoras.
El agua fría cuando se tiene calor y sed. Esta rica. La moras recién cogidas del zarzal para reponer fuerzas después de una caminata. Están ricas.
Rico es que da gusto comerlo. Y se tiene muy limitado el gusto. Es mucho más. De verdad.
En cuanto a engorda:
Con cuanta ansiedad vivimos engordar. Por el rechazo social. Por el rechazo de otros. Por nuestro propio rechazo. No tengo nada más que añadir aquí.
Comer galletas de todo tipo, donuts glaseados, chocolate con leche, pizza barbacoa, pasta carbonara, hamburguesa con todas sus salsas, croquetas de jamón serrano y salchichón espetec; no engorda. No tengo nada más que añadir aquí.
En cuanto a la relación con está de muerte, delicioso, no tiene que ser nada bueno o no puede ser bueno.
Qué curioso como asociamos placer a pecado. Y que el engorda sea el mayor de los pecados.
Cuanta culpa después de comer salchichón. Eva, castígame poniéndome una dieta estricta, me dicen. La culpa nos invade cuando transgredimos una premisa normalmente inconsciente. Y esa premisa es que tenemos que tener un cuerpo perfecto para no ser rechazadas. Y que te digan que eso mentira cuando lo vivimos en las carnes: pero yo no vengo a decirte que eso sea verdad o mentira. O esa otra premisa de que el chocolate engorda y tienes que privarte de ese placer toda tu vida. Esas cosas duelen. Duele el rechazo. Duele la privación.
Vengo a decirte que el placer es mucho más que galletas y pizza. Y que esas también. Y que no engordan. Y aún lo hicieran. Vengo a decirte que el problema lo tiene el que rechaza no el rechazado. Vengo a decirte que si sufres pesando 70 vas a sufrir pesando 68 por miedo a pesar 70. Vengo a decirte que te relajes. Que disfrutes. Y que así todo va a fluir. Y que bajar de peso, si bajar de peso, será una consecuencia lateral de ese disfrute mucho más amplio. De ese permiso. De ese relax.
Así que,
Todo lo rico engorda y Está de muerte no tiene que ser nada bueno:
Son creencias.
Ideas.
Verdades infundadas grabadas en el inconsciente.
Llámalo como quieras.
Y se han repetido hasta la saciedad.
Las hemos mamado.
Desde infinidad de medios. Lugares. Formas. Y voces.
Y cuando esto pasa, se forja una verdad.
Una verdad que ni si quieras sabes que defiendes.
Individualmente aceptada. E incuestionada.
Socialmente aceptada. E incuestionada.
Una verdad, de la que estoy harta.
Una verdad que influye en cómo vives el placer. Tu placer.
Una verdad que influye en cómo vives la alimentación. Tu alimentación.
Una verdad límite. Limítrofe.
Limítrofe es que tiene un límite común con otro territorio.
Y ese otro territorio es el placer, es disfrutar comiendo. Disfrutar de verdad. Porque hay otros disfrutes hipócritas.
Y esto, comparte límite con las verdades todo lo rico engorda y está delicioso no tiene que ser nada bueno. Palabras que esconden resignación, desesperanza, rabia, arrepentimiento, culpa, vergüenza y sufrimiento.
Y yo quiero estar al otro lado de este límite limítrofe.
Yo quiero ese otro territorio.
Porque ya está bien.
Basta.
Hasta aquí.
Párate.
Piénsalo.
Piénsalo.
Por favor.
Por ti.
Yo quiero otra verdad.
Yo creo en otra verdad. Porque sé otra verdad.
Y para mí eso no es verdad. No es verdad que todo lo rico engorda. No es verdad esta delicioso no tiene que ser nada bueno.
Y resalto para mí.
Ojalá pronto tampoco lo sea para ti. O al menos, ojalá empieces a demostrarte con experiencias cotidianas que eso es mentira. Y en algún momento puedas vivir el placer y los alimentos con una mirada más amplia.
De goce.
De disfrute.
De saber.
De sentir.
No de creer.
Te dejo dos prácticas muy potentes para ello. Y te aviso que no vale solo con leerlo. No vale solo con saberlo. Hay que sentirlo en las carnes. Tienes que hacerlo. Vivirlo. Y volar por los aires esas dos creencias. (todo lo rico engorda y esta delicioso no tiene que ser nada bueno).
PRÁCTICA UNA: Galletas de todo tipo, donuts glaseados, chocolate con leche, pizza barbacoa, pasta carbonara, hamburguesa con todas sus salsas, croquetas de jamón serrano y salchichón espetec. ¿Engorda?
Sin entrar e que sea o no adecuado nutricionalmente. Para vivir lo adecuado sin ansiedad de no poder vivir lo inadecuado hay que hacer lo inadecuado, a veces. Regálate estas dos experiencias.
Experiencia a: Desayuna, come y cena tosta de tomate y salchichón el mismo día ¿Has engordado?
Experiencia b: Cena tosta de tomate y salchichón durante todo la semana. ¿Has engordado?
PRÁCTICA DOS: Galletas de todo tipo, donuts glaseados, chocolate con leche, pizza barbacoa, pasta carbonara, hamburguesa con todas sus salsas, croquetas de jamón serrano y salchichón espetec. ¿Esto es todo lo rico?
Sea cual sea el peso que tengas ahora. Sin entrar en que eso deba o no deba ser así. Ahora, simplemente es. Regálate estas dos experiencias. Sin entrar en es poca cantidad o mucha cantidad; está rico o asqueroso; es bueno o malo.
Experiencia a: PÍCNIC DE MORAS CON QUESOS MINI BABYBEL EN LA PLAYA. Prepara una excursión a la playa con una persona especial. O unas. Atardeciendo. Lleva un mantel y unos cojines. Moras y quesos mini babybel. Champan para brindar. ¿Te ha gustado?
Experiencia b: Prepara una ensalada de espinacas con higos, almendras tostadas y queso francés. Pon música y enciende unas velas. ¿Te ha gustado?
Espero que te aporte.
Espero tu comentario.
Atentamente,
Eva.